El dilema de todos los mediodías: qué comer. Miro menúes, papelitos y todo eso mientras escribo este post, capaz el último pero seguramente no. El tema es qué pedir cuando estás muerta de hambre pero todavía no querés abandonar del todo la dieta. Lease: comer algo rico sin engordar como una hija de puta. Ni para eso me salen los términos medios. Claro, es que me olvidaba de un factor: el precio.
Recien en lugar de medios (por términos) escribí nervios. Muy obvio acto fallido. Pero el otro día me mandé uno peor.
Amiga: estás segura de que es para este lado?
yo: no, no estoy bien.
Y no es que no entendí la pregunta, entendí perfecto y quise responder que no estaba segura pero me traicionó el inconciente. Es evidente que no estamos pasando por nuestro mejor momento, ya no somos tan cómplices como antes.
Bueno, voy a pedir mi comida. Sino fuera porque todavìa no cobré me iría a tomar una cervezita para ahogar mis penas.
Porque me muero por vos, sabés no? Ok.
Y no, no va a ser el último.
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