viernes, abril 04, 2008

a veces me cuelgo pensando como sería R sino tuviera ese fuckling problema con la merca. Quizás no nos hubieramos conocido. Pero ponele que sí, que nos hubieramos conocido igual. Y entonces el no tendría ese problema y por ende tampoco tendría esa mochila tan densa en sus espaldas y todo lo que eso implica.
Y me cuelgo pensando en una relación normal. Sería perfecto, tan perfecto que asusta. No, no asusta. Tendría la seguridad de que pasaría toda mi vida con él. Y el hecho de que ahora también la tengo.. eso sí asusta. Porque así... digamos que estoy destinada a comerme unos cuantos garrones. Y destinada un carajo... el tema es peor. Tomar la decisión de comerte garrones de por vida es como una cagada. Pero vale aclarar que yo tengo la esperanza de que las cosas van a cambiar, aunque el atente contra mi esperanza una vez cada tanto y me de ganas de mandar todo a la mismisma mierda.
Se complica mucho cuando amás de verdad. Cuando sentís algo tan fuerte que no imaginás volver a sentirlo jamás. Cuando tenés una conexión tan profunda que no tuviste en tu vida. Cuando, si él está bien, tenés la relación que soñaste... bueno, con algunas cositas que no soñaste, pero sí con lo importante de ese ideal de amor.
Necesidad de paz, cien por ciento paz, pero miedo a perder a la persona que sabés es para vos.
No me gusta renunciar, pero tampoco luchar contra lo imposible.
Aunque dicen, y yo lo creo así, lo imposible solo tarda un poco más.

1 comentario:

Antonio dijo...

Sin comentario